15 noviembre 2010

Lunes de Ktarsis 13: Zombies

Érase una vez un zombie que conocía su lugar en el mundo…

¿Se acuerdan la época en la que ser zombie era más sencillo?

Todo lo que se exigía era que no nos pudriésemos demasiado rápido mientras nos arrastrábamos despacio por la calle, haciendo ruido con la garganta similar al de un guarda de ómnibus con una media metida en la boca. 
Nuestras aspiraciones se reducían a comer cerebros frescos y evitar disparos de escopeta en la cara.

    Hasta las aspiraciones más humildes no  siempre se logran,

Los zombies más ambiciosos de entre nosotros, se ponían a ensayar por semanas, tolerando penurias físicas y los constantes abusos verbales de un coreógrafo forro para finalmente poder bailar con Michael Jackson en su tan comentado video musical.

Mientras, los faranduleros menos autoexigentes siempre podíamos ir a figurar en la tribuna de Cacho de la Cruz, compuesta pura y exclusivamente por no-muertos. Ya que en la producción de sus programas estaba perfectamente claro que los participantes tenían que sufrir alguna especie de muerte cerebral para estar presentes y no salir llorando a los cinco minutos… resulta, como es obvio para todos, que nadie tiene la cabeza más inerte que un zombie que va al Show del Mediodía.

Pero sin excepciones, todos los zombies gozábamos de una cierta tolerancia en cosas como tener un pésimo nivel de capacidades verbales, la total incapacidad de resolver crucigramas (ni hablar de entender mecanismos complicados como un pestillo de puerta), y el mal olor inevitable al estar más muerto que la carrera política de Daisy Tourné.

Fueras un zombie de película, de novela, un estudiante de la Facultad de Ingeniería o un zombie por el fútbol, tu lugar estaba claro, perdido en la horda de otros zombies. Todos nosotros iguales, y comprendidos como nada más que una amenaza que se solucionaba en noventa minutos de atrincherarse en una casa de campo con una escopeta y mucha actitud de supervivencia.

Y sin embargo todo cambia y todo cambió…

Los zombies que quieren considerarse como tales en el mundo de hoy tienen que tener nuevas y mejores habilidades. Parece que ahora no sólo hay que ser rápido y ágil cual galgo putrefacto, porque si un zombie no corre ya no es amenazante, sino que encima hay que ser astuto y sorprender a las víctimas. 
¿A quién carajo se le ocurre exigirnos astucia cuando tenemos la mitad del cerebro devorado por gusanos y en la otra mitad se nos instaló un nido de hornero?

Pero no se trata sólo de cualidades físicas que en definitiva todo depredador debe tener, porque si bien un cerebro no parece una presa muy compleja de atrapar, me gustaría ver qué otro predador se anima a cazar alimento defendido por antorchas y bates de béisbol con clavos.

       A veces no es una antorcha. Pero una foto humillante quema tanto como el fuego, ¿Ok?

Lo complejo en estos tiempos de Googlear senos, 100hs al día de televisión Argentina y la mar en coche, es que encima ahora tenemos que sorprenderlos.

 Claro… porque estar muerto y caminar por ahí ya no sorprende nada, ¿No?... 
Porque no tener aire en los pulmones (o no tener pulmones directamente) y poder decir “CEREEEEBRROOOSSS” como por arte de magia tampoco impresiona, ¿Verdad? 
Porque ser el monstruo más novedoso de la liturgia fantástica sin pasarnos a los extraterrestres (que son ciencia ficción y con eso ya se creen mejores que nosotros, los muy forros) sin perder vigencia en los últimos treinta años no es digno de elogio… no… nada de eso alcanza… ahora los tenemos que dejar pasmados porque si no “es más de lo mismo”.

No sé loco… yo cuando me hice zombie esperaba otra cosa. Un carguito público capaz, de última son tantos los seres inertes que están dentro de la maquinaria estatal que uno más no jode a nadie.

O que llegase el tan esperado Apocalipsis de Zombies y finalmente morfarnos a todos esos perejiles que se pasan diciendo que sabrían qué hacer si la civilización colapsa y los muertos vivientes dominasen la tierra. Yo les digo que no sabrían hacer un carajo, porque hoy en día nadie puede tirarse un pedo sin conectarse a Facebook y hacer un quizz a ver si su pedo es el mismo pedo que se tiraría su personaje favorito de Harry Potter. Ustedes son más zombies que nosotros, valor. Y además en eso los re jodimos, porque no tenemos tracto digestivo funcional, los pedos quedaron re out ¿Sacás?

En fin… es que como zombie me gustaría sentirme más respetado.  Que sé yo. Tenemos sentimientos también. La sociedad vive tan enchufada en su internet y su televisor, que todos se olvidan de ser zombie. Si nadie puede separarse del cubo idiota ni por un segundo, y acordarse de ser unos totales descerebrados por motivos más importantes que las siliconas bailantes de fulana y las toneladas de noticias rojas burdas que se dan en los informativos, entonces ¿Cuándo carajo vamos a ser zombies en serio y por algo que valga la pena?...

Sólo pregunto, sin esperar una respuesta, a ver si alguien me contesta con algo más que un gemido mortuorio.

Atentamente,
Juan Francisco Zombie Fernández.
Lic. Ciencias No-Muertas.
(Esta foto es vieja, el nido de hornero vino después).


(Dedicado a toda la gente que se dedicó a filmar zombies estos últimos fines de semana. De la mejor gente que hay, aunque no estén entre los muertos).