31 mayo 2010

Lunes de Ktarsis 2: 25 Cosas que Aprendí de los Dibujitos Animados

A lo largo de mi infancia, dediqué más horas a ver dibujitos animados de las que pasaba en la escuela aprendiendo colash, ignorar sistemáticamente a la maestra y otras cosas importantes para la vida adulta. Asi que básicamente se puede decir que los dibujitos animados fueron mi verdadera educación en la vida, este es un resumen de las lecciones mas importantes…

1 – Solo existe la temporada de patos y la temporada de conejos.

2 – Si te disparan en la cara tu boca queda donde normalmente está tu nuca.

3 – ACME es como Microsoft. Está por todas partes, complica las cosas casi tanto como las soluciona y eventualmente todo nos termina explotando en la cara.

4 – Aparentemente existen ferreterías donde animales salvajes, hambrientos, posiblemente infectados de rabia, pueden entrar y comprar dinamita, tablas, cohetes, combustibles, etc.

5 – Las Princesas son mujeres con retardo mental moderado que no pueden salvar su propio culo sin ayuda de príncipes, enanos, cangrejitos, pajaritos o hadas madrinas.

6 – No existen princesas gordas. Solo hay del tipo adolescente con problemas de autoestima dispuestas a quedarse con el primer tipo que pasa. Abandonando absolutamente todo vinculo con su vida anterior.

7 – No existen brujas que ganen al final… aunque sepan mas hechizos que Gandalf, Dumbledore, y aquel Osito Gummy viejo, medio pelotudo que siempre zafaba de pedo.

8 – Los Osos Gummy son incapaces de reconocer señales claras de Alzehimer.

9 – Las hadas madrinas tienen más superpoderes que Jesús y Moisés juntos, pero curiosamente nadie las crucifica y hace una religión al respecto.

10 – Los villanos siempre son retardados mentales. Resulta irónico que casi nunca se dedican a la política.

11 - Es casi imposible distinguir entre un gato y un zorrillo.

12 – Tus mascotas son tanto o más inteligentes que vos.

13 – Los accidentes graves solo provocan alucinaciones con pajaritos y estrellitas de colores. Nada de huesos rotos, hemorragias o concusiones severas que derivan en parálisis cerebral, cuadriplegia segura o muerte.

14 – Contrario a lo que piensan en Greenpeace, los animales tienen pijamas abajo de la piel.

15 – Nadie parece tener problemas con los que están desnudos de la cintura para abajo.

16 – Los robots y monstruos gigantes siempre se agarran a las trompadas en la parte de la ciudad con más cantidad de rascacielos y menos espacio libre. Es comos si a los boxeadores les gustase pelear adentro de un armario.

17 – Los ratones nunca terminan en el tracto digestivo de los gatos.

18 – Los gatos son bichos estoicos y bastante pelotudos que no saben cuando ha llegado la hora de abandonar la caza y pasarse al Cat Chow.

19 – Los osos siempre son bichos tiernos y simpáticos que nunca tienen el impulso de arrancarte el cráneo de un solo golpe y usarte para alimentar a sus crías.

20 – Nadie se cambia de ropa. Nunca.

21 – Los libros de autoayuda no sirven para una mierda porque nadie envejece, aprende de sus experiencias o queda traumado por las cosas horribles que le suceden.

22 – Las trampas para ratones funcionan para todo excepto para matar ratones.

23 – Los guantes blancos de Mickey nunca se ensucian.

24 – Las criaturas buenas del bosque nunca se preocupan por los lobos, búhos, arañas, invasiones de hormigas soldado, cienpies, alacranes, zorros, comadrejas, gatos salvajes, avispas, hongos tóxicos, cuervos u otras amenazas naturales que nada tienen que ver con la malicia del villano de turno.

25 – En una pelea entre personajes que usan magia, y personajes que usan ACME el resultado final seria un agujero negro que absorbería todo el universo, dejando solo a Bob Esponja persiguiendo aguavivas en el limbo, por el resto de la eternidad.

17 mayo 2010

Lunes de Ktarsis 1: Monitores

Érase una vez un monitor grande, viejo y pelotudo…

¿Se acuerdan cuando los monitores eran unos cuadrados gigantes que ocupaban como un tercio de nuestro escritorio?

¡Y se iban oscureciendo cuando se ponían viejos! Se les quemaba un transistor o no se que corcho de pieza que algún entendido pensará en corregirme y es bueno que vaya sabiendo que me importa un sorongo dado vuelta el termino correcto.
Pero lo más sorprendente era el tamaño. Como una especie de Godzilla prismático avanzando sobre una ciudad de pequeños insumos de oficina asiáticos que gritan y corren y rezan por la ayuda del robot gigante del día (que a efectos de la metáfora bien podría ser una aspiradora, o el infaltable huevito, o capaz un escuadrón heroico de 5 celulares que se combinan y forman un Ipad).

El punto es que a efectos de tamaño, hay un gran cambio cuando finalmente nos decidimos y mandamos uno de esos armatostes a la mismísima mierda. Y ahí es cuando sucede… Uno nota el espacio libre y piensa “¿Cómo cárajo hice para tener este termotanque apoyado en mi mesa todo este tiempo?” Y sobretodo, “¿Cómo cárajo me daba para poner otras cosas aparte del monitor, el teclado y el mouse?”

A lo sumo uno se animaba a poner un portalápices lleno de lápices sin punta y de lapiceras con la tinta seca, porque todos sabemos que las lapiceras que andan siempre se las afana el mismo hijo de puta que se afana las gomitas, los clips metálicos y posiblemente sea el mismo malparido que se termina el azúcar para el café y no la repone. Y yo sé quien sos, y ya estoy planeando detenidamente como voy a fabricar un llavero con tu escroto, después de sacártelo con una lima de uñas gastada. Y voy a filmarlo, y subirlo a la web, y mandarte el link todos los días para que lo tengas que volver a ver una y otra vez hasta que sea lo único en lo que pienses. Considerate avisado…

Pero yo estaba hablando de monitores.
Cuando uno decide que ha llegado la hora de tener un monitor moderno, o la empresa en que uno trabaja decide que no rinde tener a la mitad de sus empleados con cáncer de cornea, entonces el monitor cuadrado, grande, pesado, que quema los ojos y hace Tklunk! cuando lo apagamos se tira a la mierda.

Su reemplazo es una belleza plana, de pantalla de plasma, que no lastima los ojos, que es livianito y que nos deja hectáreas enteras de escritorio para aprovechar a nuestro antojo. Todo ese espacio se nos pierde de vista mientras empezamos a pensar en qué usarlo. Y entonces puede suceder que rápidamente ocupemos ese espacio con las mismas cosas que antes teníamos condensadas en el pequeño rincón libre que nos quedaba, y que ahora misteriosamente no podemos volver a ordenar en poco espacio. ¿De donde mierda salen todas esas porquerías? ¿Se multiplican por reproducción celular?

Yo se que algunos textos de estudio o reportes laborales son tan tóxicos que es bien posible que hayan desarrollado vida propia, y por lo tanto, sean capaces de alguna manera bizarra de mitosis. Si encima te hablan y te preguntan por el estado de la economía internacional, es posible que aparte de un monitor nuevo necesites un lanzallamas, un sacerdote… o un psiquiatra, todo depende.

También se multiplican las tazas de café, las carpetas, folios, cuadernolas, platos sucios (si comés frente a tu pc y tu vida es tan triste como la mía), portarretratos y todas las otras porquerías inútiles que uno tiende a encontrar en un escritorio. Algún visionario pondrá pequeños juguetes para disimular que en realidad su fuente de distracción está en la misma computadora o en el escote de la minita nueva de atención al cliente. Todo esto acaba por ser inevitable cuando se libera la parte que ocupaba el monitor viejo.

O peor, no nos da el cerebro porque no podemos concebir tanta dimensión de espacio sin utilizar. En mi caso, cuando trato de ver hasta donde llega ese espacio libre de escritorio se me cansa la vista, y tengo dolor de cabeza y parece que me voy a perder en una extensión enorme sin señalización alguna, como una planicie siberiana pero con menos vodka, y me diagnostican agorafobia y la verdad es que ahora ya extraño esos monitores gigantes de mierda que no me hacían pensar en que cárajo usar el espacio libre de mi escritorio.