25 octubre 2010

Lunes de Ktarsis 12: 25 Cosas que Aprendí en la Educación Terciaria



La formación académica es una de las etapas inevitables de la vida que a veces puede ser disfrutable, instructiva y en muy raras ocasiones útil para lo que vendrá después. Pero en general, se trata mas que nada de una larga sucesión de situaciones estúpidas y rutinarias... . Estas son las lecciones que aprendí como estudiante de institutos terciarios.


1- La secundaria apesta. Por suerte luego se puede estudiar lo que se quiera y nunca, pero nunca, nunca más estudiar materias inútiles, asistir a horarios ridículos y tener docentes que no saben y/o no quieren hacer su trabajo…

2-  Elegir una carrera  es como jugar a la ruleta rusa pero con la desventaja de que si ligaste mal, el sufrimiento puede prolongarse por años.

3- Aprtemente los estudiantes q slen de secundudaria tienen un pesmo nivel hotórgrafico y de cool-tura’s gral. ¿Y cuál hay balorrrr?


La secundaria se acaba. La estupidez no.

4- Adolf Hitler llegó a donde llegó porque no lo dejaron entrar a la facultad… Piensen en eso por un rato.

5- Si las Bedelías fuesen un país, tendrían más burocracia que Uruguay, y más conflictos diplomáticos que Irán y Corea del Norte juntos.

6- Todas las minitas de facultad que están buenas tienen novio, o prefieren hombres mayores.

7- Todos los pibes lindos de facultad están para los encuentros casuales y no encaran una relación seria ni aunque el futuro de la raza humana dependa de ellos.

8- Todos los pibes feos y/o pelotudos de facultad se aprovechan y tratan de levantarse pendejas de secundaria que ignoran a los pibes feos y/o pelotudos de su clase porque prefieren tipos más grandes.

9- No dormir es duro, ya sabemos, pero ser estudiante exige sacrificios y a veces hay que estar noches enteras sin cerrar un ojo... Es decir, toda esa cerveza no va a tomarse sola ¿Ok?

10- Para que crezcan grandes y fuertes: Purina “No-me-importa-si-aprendés-un-joracChow”. Nueve de cada diez docentes lo prefieren.

11- Si Dios hubiese hecho estudios terciarios, la Tierra sería realmente el centro del Universo.

12- Un Estudiante Serio estudia un promedio de seis a siete horas por día.

13- Un Estudiante Serio asiste a todas las clases y no se distrae haciendo sociales.

14- La amplia mayoría del alumnado está convencido de que los Estudiantes Serios son criaturas mitológicas como Pie Grande o el Monstruo del Lago Ness… Se habla mucho de ellos, pero nunca nadie vió uno de carne y hueso.

Fotografiado arriba: Mitología pura.

15- Instituto + Estudios + Seriedad = Titulo.

16- Instituto + Cervezas + Sociales = Sexo

17- Sexo Vs. Titulo = 50% desersión estudiantil en el primer año.

18- Los expertos aun discuten sobre si los baños de Institutos Terciarios son un experimento biológico, antropológico o una proyección subconsciente de nuestras pesadillas.

19- Si Green Peace calculase todo el papel que se desperdicia en fotocopias al pedo, serían los principales defensores del analfabetismo.

20- Los Exámenes, Parciales y Entregas son a los estudios lo que la publicidad es a los programas de TV. Es decir, instancias inevitables que uno quiere sacarse de encima lo antes posible y de lo que se recuerda apenas una fracción de lo visto.

21- Siempre va a haber una persona estúpida, altanera o ególatra en la clase. Por suerte sabés que aunque tengas las peores notas del Instituto, nadie es mejor que vos en ese grupo de fracasados inservibles.

22- Si se busca Tesis en el diccionario dice: “(Sust) Momento final de la carrera en que se deja de ir a clase durante seis meses para escribir 350 páginas de teoría al pedo que solo van a leer cuatro personas y tu mamá (que no va a entender un pomo)”.

23- La pagina web del Instituto.

24- Como tantas otras veces, la frase de arriba es un chiste por si solo.

25- Si Uruguay tuviese un MIT, ya tendríamos el Mate Autocebante, la Inteligencia Artificial con Viveza Criolla, Nanotecnología para armar choripanes y un Ejército de Clones del Ruso Pérez para defender nuestras fronteras...


Ruso Pérez. Viene. A. Por. Ti.

11 octubre 2010

Lunes de Ktarsis 11: Romance

Érase el ser humano y su impulso de reproducción idealizado…

¿Se acuerdan la época en que todo era más simple en el amor?
¿No? ¿No se acuerdan? Ah… Bueno… será porque NUNCA FUE fácil el tema.

Los seres humanos tenemos una habilidad extraordinaria para complicarnos solitos con las cosas más elementales. O quizás es que si algo es demasiado elemental, el ser humano debe complejizarlo.

Debe ser por eso que hay gente que resuelve crucigramas cuando va al baño, o se devana los sesos pensando porqué el agua sin gas vale más caro que la gasificada. Si ya la complicamos para defecar o para tomar agua, cuánto más podemos embrollarnos con nuestras propias vidas amorosas (y ni hablar de las ajenas).

El único momento en que las cosas son más o menos simples es durante la infancia. Si eras niña, podías mandar cartitas misteriosas con brillantina o contarlo como un “secreto” a todo el mundo hasta que el joven afortunado se enterase. Y si eras niño generalmente lanzabas barro a la cara de la chica que te gustaba y después le dejabas chicle en el pelo. Eso era amor en su expresión más pura…

Después uno crece, se pone forro y decide que hay como todo un ritual majestuoso que está implícito en cada intercambio con el sexo opuesto.
¿Le sonrío o no le sonrío? ¿Le pregunto si estudia o trabaja? ¿Le pido el mail/celular/edad/tipo sanguíneo? ¿Conseguiré darme cuenta de su nivel de neurosis antes de que se note MÍ nivel de neurosis?

Y ahí es donde solitos y sin ayuda, nos empezamos a meter en camisa de once varas. Entramos a pensar, en vez de ser espontáneos y honestos.

Pero a su vez, si todos fuésemos más honestos, cualquier chance de seducción se vería sumamente obstaculizada. Una mujer que decida abrir el dialogo diciendo “Hola, me llamo Francisca y el mes pasado tuve hongos en la vagina” seguramente sea muy honesta, pero el hombre que siga interesado después de eso es:


  • A) Ruso. Y digamos que no anda buscando aprender español.
  • B) Un adolescente. Apenas te escuche decir “vagina” se va a olvidar del resto.
  • C) Tu analista. En realidad no le interesa nada de lo que digas, pero le pagás bien para que al menos lo disimule.

Los hombres que abordan a una mujer tienen 1/15 chances de hacer un levante exitoso.Esta es una estadística real. Con lo cual el tema quizás se solucionaría mucho más rápido si los hombres fuesen proponiendo sexo casual a cuanta mujer se crucen, con la esperanza de que la quinceava les acepte la oferta. Eso siempre y cuando la policía no los arreste antes, o los padres/hermanos/novios de las candidatas no aparezcan para hacerse entender de formas poco recomendables para la anatomía del individuo en cuestión.

Y esto todo es previo a la formación de una pareja. Porque ahí es cuando realmente demostramos talento elaborando dramas que harían que Shakespeare se sintiese un amateur. Ninguna historia es más compleja que la sucede en la realidad.

Si se lo ponen a pensar, la amplia mayoría de las películas de Hollywood se terminan inmediatamente después que el chico se queda con la chica (o viceversa). La razón de esto es sencillamente que el guionista que pensó la historia no quiere meterse ni en pedo en todos los quilombos que hay en el mundo interno de una pareja consolidada. Nunca nadie le va a pagar lo bastante bien por lidiar con la frustración extrema que le generaría reproducir en su trabajo lo que tiene que vivir en su propia casa todos los días.

También es por eso que todas las historias o canciones de amor tienen tanto éxito y existen desde hace años. El romance como genero musical, literario y teatral es el más perdurable y masivo de la historia de la humanidad, y no parece que vaya a perder su vigencia en el futuro próximo. Nos encanta ver como las historias de amor de los demás tienen éxito, porque lograr que funcionen las nuestras parecería más difícil que hacer malabares con cinco pelotitas, el cuchillo de Cocodrilo Dundee, un gato rabioso y nuestra declaración de impuestos.

Sin duda que hay personas que encuentran la felicidad sólo seduciendo, o estando en pareja, o tras seis décadas de casados (de las cuales el alzehimer ya borró como cuatro y por eso les parece que siempre fueron felices). Para ellos el romance pasa por hacerlo suceder cada día, por conocerse a sí mismos lo suficiente para reconocer lo que podría hacer fracasar sus empresas amorosas.
Pero sobretodo pas
a por siempre reponer el papel higienico cuando se acaba, lavar los platos, llevase bien con los suegros, no tirarse pedos cuando están en el auto, acordarse de los aniversarios, coincidir en las ganas de tener sexo, querer ver la misma cosa en la tele, ducharse a menudo, decir siempre cosas adecuadas, callarse cuando el otro quiere, entender los silencios, no olvidarse de los nombres de amigos tangenciales a la relación que aparecen una puta vez al año, regalar justo lo que la otra persona quería, graduarse en leer entre líneas y después sacar el postgrado, cocinarse las comidas favoritas y no pifiarle con la sal, arreglar la gotera de la grasera, bancarse al mejor amigo ese que se cree chistoso y es terrible pelotudo (guiño), vestirse como corresponde, sacarse los pelos de la nariz, los de las orejas también, comprar en ese lugar donde ya se dijo mil veces que era más barato, no absorberse en el trabajo más que en la relación, querer a la mascota por más que rompa y cague todo, no atomizar con música en la que no se coincide, abandonar los hábitos “infantiles” que no molestaban al principio de la relación, no confundirse las dentaduras postizas, decirle que siempre se ve bien, no actuar estúpidamente, acompañar cuando se pide pero dejar espacio cuando se necesita, tener la bola de cristal para saber cuando el malhumor no tiene que ver con uno, cambiar la lamparita del pasillo antes que pase un año, ir a comer a un lugar lindo y no hacer bardo por algo que se sirvió para el orto, no putearse con el milico garca que nos pone una multa, no ser cagón y sí discutirle al milico garca que nos pone una multa, no caer en contradicciones, esta de acá es una frase de relleno ¿ok?, sorprender con regalitos sin motivo aparente, hacer tango o salsa o danza congoleña tántrica juntos, piropear en francés aunque se diga cualquier disparate, no gritarse delante de los vecinos que van a pensar mal aunque sean una pareja mas neurótica que la propia, ser perfectos e infalibles y eliminar cualquier rastro contrariante de nuestra personalidad para poder ser un zombie y así, finalmente y sin lugar a dudas, ser felices para siempre. Colorín y colorado, FIN...